Improvisar I

Es la cuarta vez que escucho la Noche Transfigurada de Arnold Shönberg uno de los últimos grandes y el mas influyente compositor de la primera mitad del siglo XX.
Es de los primeros músicos que se adentraron en la composición atonal y el creador de la técnica del dodecafonismo basada en la utilización de las doce notas de la escala cromática occidental en sus melodías, que después sería llamada serialismo.
Es llamado serialismo por la forma en que utilizaba las notas: no podía volver a la nota de inicio sin haber pasado por las once notas restantes para que así no se pudiera establecer un centro tonal.
No soy un gran conocedor de la música clásica en general. Más bien no paso de aficionado mediocre. No me interesa en estos momentos, o si me interesa, pero hay otras cosas que merecen mi completa atención. Pero lo que me impresiona y no puedo pasar por alto son ciertas cosas,.,. no se,., ciertas reglas como en el caso del serialismo, como es estructurar, encontrar un método para seguir el camino adecuado cuando se compone o cuando se toca un instrumento.
Ya se sabe que la libertad, la catarsis al tocar es lo primero,., pero al final, cuando todo es improvisación, aun con sus ciertas reglas tales como el respeto a la demás gente que está participando de este lindo juego, o de seguir ciertas estructuras básicas o cierta melodía, siempre acabamos tocando lo mismo. Parece que se encuentra un camino tan seguro a seguir que da miedo salirse de el al instante. Es irónico pero así es la cosa.
No hago de lado la improvisación,., claro que no,., sigo creyendo que es una de las cosas mas importantes en la música, pero al estructurar esta improvisación se logran resultados sorprendentes.
Un método es el serialismo de Shönberg, otro, y uno de los que me tienen mas fascinados son las múltiples formas de improvisación de John Zorn tales como los juegos Cobra en los que Zorn se para frente a los músicos (estos formados según su instrumento o las circunstancias, de frente al público) y saca cartas con diferentes símbolos o señales que significan algo previamente dicho o significan lo que sea que el músico quiera cuando se le es presentada una de estas tarjetas, a un solo músico, a dos, o a todos, acompañadas de señales con las manos que ordenan que músico toca, quien se calla , cuando sube la intensidad en general, etc,., etc, etc.
Otro “invento” increíble es el contrapunto (un método mas compositorio), llevado a su máxima expresión por Bach ( y al que Shönberg hizo importantes aportaciones), que se utiliza para componer música polifónica, enlazando dos o mas melodías a partir de diferentes reglas que si me pongo a tratar de explicarlas (cosa que haría seriamente mal) este post se volvería mas aburrido de lo que ya es.
Otro músico que se la pasó jugando con métodos para improvisar y componer fue John Cage, con cosas insólitas como un sistema de veinticinco tonos. Ejemplos son el Piano Preparado, en el que a un piano normal le insertó a las cuerdas clavos, gomas de esas de borrador, tuercas, tornillos, pedazos de madera entre otros para así lograr sacarle al instrumento las sonoridades más disímiles imaginables. Hay composiciones para el instrumento. Una de las mas importantes es Sonatas and Interludes.
Cage se basó en el azar para componer sus piezas en infinidad de ocasiones, tales como basarse en los movimientos de un juego de ajedrez o calcar en una hoja las imperfecciones de alguna superficie en un pentagrama, en que cada puntito o raspadura de esta fuera una nota de la melodía.
Otro es el método Modal de Miles Davis, que revolucionó la forma de improvisar en el jazz para siempre.
En fin, podría seguir dando ejemplos y más ejemplos. Pero a lo que quería llegar es que la improvisación ha sobrevivido por métodos a través de toda la historia de la música, y con la aplicación de estos métodos no significa que la parte principal, que es la libertad de tocar se pierda.
Al final la improvisación es la parte mas linda de tocar un instrumento, y si hay maneras de llegar a algo improvisando pues que mejor. Amén.